La materialidad en la arquitectura.
La arquitectura no solo se habita, también se siente. A través del espacio interior, la luz, la temperatura, los sonidos y los materiales, los edificios influyen directamente en nuestros sentidos. No se diseña únicamente para el uso funcional, sino también para que nuestros ojos puedan observar y asociar de inmediato el concepto del lugar en el que estamos. En este ensayo sostengo que el sistema material en la arquitectura no es solo decorativo, sino una herramienta fundamental que guía la experiencia sensorial y el funcionamiento del diseño. Por un lado, el sistema material responde a reglas y lógicas estructurales. Por otro, permite reforzar el concepto y la atmósfera del espacio a través de decisiones conscientes de diseño.
Para comenzar, el sistema material tiene una lógica clara que va más allá de lo estético. No se trata solo de elegir materiales bonitos, sino de entender que estos siguen reglas específicas: el peso siempre cae al suelo, las cargas deben distribuirse correctamente y cada elemento cumple una función estructural. Los materiales determinan cómo se sostiene un edificio y cómo se percibe. Los detalles, aunque parezcan pequeños, crean el ambiente y dirigen los sentidos del ser humano dentro del diseño. En ese sentido, el sistema material se relaciona directamente con el diseño estructural, ya que ambos trabajan juntos para que la arquitectura funcione de manera segura y coherente.
Por otro lado, el sistema material también es una decisión de diseño que comunica una intención. Como arquitectos, muchas veces nos enfocamos en el exterior, pero es en el interior donde los materiales cobran aún más importancia. Si se diseña un spa, por ejemplo, es fundamental que los materiales ayuden a enfatizar la sensación de relajación. Texturas, acabados y formas influyen en cómo se vive el espacio. El diseño estructural no se limita a grandes edificios; también está presente en detalles que casi nadie piensa, como ventanas, puertas o escaleras de emergencia. Alguien tiene que diseñarlos, instalarlos y asegurarse de que cumplan su función. Aunque no se juegue con lo abstracto, estas decisiones técnicas afectan directamente el resultado final del diseño.
En conclusión, el sistema material es una parte esencial de la arquitectura porque conecta lo técnico con lo sensorial. Las proposiciones presentadas muestran que los materiales no solo sostienen una estructura, sino que también construyen la experiencia del usuario. Así, queda demostrado que el diseño arquitectónico no se define únicamente por su forma exterior, sino por la manera en que cada material, desde el más visible hasta el más cotidiano, contribuye al concepto, al uso y a la percepción del espacio.
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